La integración sensorial es el proceso neurológico de organizar las sensaciones que recibimos de nuestros cuerpos y del ambiente que nos permite responder de manera apropiada a las demandas que se nos presentan.

El procesamiento e integración de las sensaciones constituye una base fundamental para el desarrollo de las habilidades de la vida diaria, del desarrollo social/emocional, del funcionamiento motor y de los aprendizajes complejos.

Los sistemas sensoriales clave son el visual , vestibular (movimiento), propioceptivo (conciencia coroporal), táctil y auditivo. El procesamiento y la interpretación de los estímulos sensoriales siempre depende del contexto.

De manera típica, nuestros cerebros reciben información de nuestro cuerpo y del ambiente circundante, interpreta esos mensajes, y genera las respuestas correspondientes. Normalmente estas respuestas adaptativas ocurren sin que nos demos cuenta.

Cuando hay una disfunción de la capacidad de procesar o integrar las sensaciones, el cerebro no es capaz de interpretar de manera eficiente la información que recibe y de organizar la respuesta adaptativa adecuada. A veces el cerebro no sabe modular la intensidad de algunas sensaciones, por ejemplo el tacto. Las dificultades de percepción y de modulación sensorial crean problemas para la participación en ocupaciones.

La intervención de integración sensorial la proveen los terapeutas ocupacionales que han obtenido formación post profesional en este modelo.

Las sesiones tienen lugar en ambientes físicos que ofrecen amplias posibilidades para el movimiento vigoroso, en el cual el equipo disponible es flexible permitiendo cambios rápidos de acuerdo a la necesidad del niño. Una característica del espacio es la presencia de ganchos para colgar columpios diferentes para las actividades vestibulares.  Colchonetas, cojines, rampas, patinetes, barriles,  piscinas de bolas, elementos para el juego simbólico, todo  hace parte del equipo necesario.

El terapeuta ocupacional  presenta al niño las oportunidades sensoriales apropiadas para lograr y mantener un estado de alerta óptimo para la participación, y para el desarrollo de praxis y la organización de su comportamiento.

Esto ocurre en un ambiente de juego, en el cual niño y terapeuta colaboran en la elección de actividades. El terapeuta ajusta las actividades sobre la marcha para ofrecer al niño el desafío justo para lograr respuestas adaptativas cada vez más refinadas.

El terapeuta facilita que el niño siga su propia motivación e intereses y asegura que tenga éxito en sus actividades, fortaleciendo la alianza terapéutica:  para tomar riesgos y probar cosas nuevas es necesario sentirse seguro.

El trabajo en integración sensorial permite una participación ocupacional más eficiente en el hogar, la escuela y la comunidad, a través de los siguientes logros posibles:

  • Aumento en la iniciación y participación en el juego
  • Mejora en las interacciones sociales y la atención
  • Regulación de los niveles de actividad
  • Mayores habilidades de participar en actividades complejas
  • Iniciativa, creatividad
  • Mayor confianza en las habilidades
  • Mejora en las habilidades motrices gruesas y finas
  • Mejora en las capacidades de lectoescritura y aprendizaje en general