LOS PADRES SABEN MEJOR: POR QUÉ EL SISTEMA EDUCATIVO DEBERÍA DEJAR DE MARGINAR A LOS PADRES

Estamos inmersos en el curso escolar y la vida académica de nuevo, por ello hemos considerado importante compartir con ustedes este interesante post que la Dra. Mona Delahooke ha publicado en su blog. Esperamos que se sea de su interés tanto como lo ha sido del nuestro.

Es más de medianoche y “Amanda” no puede dormir. Está centrada en la reunión que mañana tiene en el colegio, donde su hijo participa en un programa que no se adapta a sus necesidades únicas. Mientras ensaya mentalmente su discurso para reclamar un mejor apoyo para él, también se está preparando para la respuesta que espera: un cortes “no” y el apaciguamiento por parte de las personas con quienes comparte mesa. Siente como si fuera a juicio, enfrentándose a un tribunal en el que confía a regañadientes la tarea de proteger a su hijo.

Una de las partes más difíciles de su trabajo como psicóloga clínica, tal y como relata la Dra. Mona Delahooke, es presenciar cómo las organizaciones y los sistemas tratan a los padres que se supone que deben ayudar.Las compañías de seguros niegan el pago incluso después de que los padres hayan presentado la documentación necesaria, tres veces. Los administradores escolares sugieren a puerta cerrada que los padres están pidiendo demasiado, o están demasiado ansiosos o están en negación.

Mona ha estado a ambos lados de esa puerta cerrada, como consultora para escuelas y para los padres. Y lo que ha escuchado a menudo es preocupante.

La Dra. Delahooke no duda de que sus colegas educadores tengan buenas intenciones o de que no se preocupen profundamente por los niños que tienen bajo su cuidado. Y, por supuesto, muchas juntas escolares y equipos de trabajo en todo el país valoran a los padres como socios iguales en el equipo de trabajo de sus hijos. Sin embargo, en su experiencia, esta no parece ser la norma.

Desafortunadamente, los sistemas educativos no han alcanzado la sabiduría de la neurociencia relacional, la cual ha llamado la atención del público en las últimas dos décadas. El cerebro del niño se desarrolla mejor en el contexto de relaciones sólidas y de confianza con los padres y cuidadores. Y dado que las relaciones desarrollan los cerebros, debemos valorar a los padres como una de las influencias más profundas en la vida de sus hijos. Eso no significa que necesariamente se deba estar de acuerdo con todo lo que dice un padre o que se deba conceder todo lo que solicita. Es más básico: los padres deben ser respetados y escuchados, especialmente cuando se trata de la salud emocional de sus hijos.

Demasiados educadores ven a los padres como personas a ser administradas, no como individuos que luchan en su rol de protector y defensor de los niños con necesidades diferentes. Necesitamos entender que cuando un padre se preocupa porque un equipo educativo no tiene en cuenta como él considera necesario las necesidades de un hijo, esto le causa un sufrimiento innecesario. La Dra. Delahooke considera que la razón por la cual los padres de los niños con necesidades especiales experimentan altas tasas de estrés y ansiedad es que se ven obligados a luchar contra el mundo, incluido el sistema educativo.

Algunos colegas de profesión hablan delante de Mona sobre los padres, porque suponen que está de acuerdo en que los padres están interpretando mal las necesidades de sus propios hijos. Puede que estos profesionales quieran ser de apoyo, pero estas actitudes reflejan un modelo médico obsoleto que se enfoca en etiquetas y, que a menudo, considera que los padres miman a sus hijos o niegan la gravedad de los desafíos que tiene un niño.

La Dra. Delahooke cree que los padres son quien mejor conoce a sus hijos. Donde algunos profesionales ven la negación, ella ve que los padres se aferran a la esperanza y no aceptan que una etiqueta o diagnóstico implique un resultado o abordaje específico para su hijo. Ella ve un instinto innato, protector y heroico para asegurar que sus hijos prosperen y estén protegidos de cualquier daño. En sus décadas de experiencia, por lo general los padres tienen razón sobre lo que necesitan sus hijos.

Entonces, si eres padre o madre, no pierdas la esperanza. Hay muchos profesionales que creen en ti y entienden las presiones a las que te enfrentas. Aquí hay algunas cuestiones que merece tener en cuenta:

  • Defiende tu lugar como experto en la regulación emocional de tu hijo, que es esencial para su capacidad de aprender y estudiar. Es posible que no tengas conocimientos de educación o logopedia, pero eres un experto que sabe si tu hijo se siente seguro. Esto importa. La percepción de un niño respecto a la seguridad emocional en la escuela es la base de su capacidad para aprender. Comprende que ver a los padres como socios puede no ser parte de la cultura del sistema educativo del que formas parte, así que sé paciente pero visible.
  • Usa la neurociencia y la ciencia sobre la resiliencia psicológica a favor de tu hijo. Ningún equipo podrá negar la necesidad de un niño de contar con maestros solidarios y comprometidos y de adaptaciones individualizadas cuando les muestres la neurociencia que se basa en la seguridad en las relaciones.
  • Mantente firme y recuerda que tienes una perspectiva única. Protégete y trabaja para reducir el estrés de defender a tu hijo. La investigación muestra que los padres de los niños con necesidades especiales se benefician del ejercicio, los programas de atención plena o mindfullness y otras actividades de autocuidado.
  • Finalmente, recuerda que no estás solo. Únete a los grupos de padres que buscan apoyo a través de las redes sociales y a los programas diseñados para la colaboración, como Lives in Balance, y a los recursos gratuitos de la Fundación Profectum para padres diseñados para padres que quieren colaborar en crear equipos de profesionales sólidos para sus hijos.

El post original de esta noticia se encuentra en el siguiente enlace (link), el cual lleva al blog de la Dra. Mona Delahooke. En él podrán suscribirse a su newsletter y recibir actualizaciones sobre información muy útil que proporcionar a los equipos educativos sobre la importancia de la seguridad relacional en el aprendizaje y el rendimiento académico.

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